En la carrera de la IA, hay un proyecto que está rodeado de más misterio y expectación que la mayoría: El «Proyecto Strawberry» de OpenAI. El proyecto, antes conocido como Q*, promete ser la próxima gran novedad en el mundo de la IA y acercarnos al esquivo objetivo de la Inteligencia Artificial General (IAG).
Revelar el misterio
Se supone que el principal objetivo del Proyecto Strawberry es mejorar drásticamente la capacidad de razonamiento de los modelos de IA. Esto significa que no sólo podrán generar respuestas a consultas, sino también planificar con antelación, navegar por internet de forma autónoma y hacer lo que OpenAI denomina «búsqueda profunda». Según fuentes familiarizadas con el asunto, los modelos de IA carecían hasta ahora de esta capacidad, lo que convierte a Strawberry en un avance potencialmente revolucionario.
Progresos misteriosos
Los detalles sobre Strawberry se mantienen en secreto dentro de OpenAI. Sin embargo, la información filtrada y verificada por Reuters y Bloomberg da una idea del ambicioso alcance del proyecto. Los documentos internos sugieren que Strawberry incluye un proceso de reentrenamiento especializado, un método desarrollado para optimizar los modelos preentrenados para tareas específicas. Este planteamiento es similar al método del Razonador Autodidacta (STaR) del proyecto de Stanford, que permite a los modelos de IA generar iterativamente sus propios datos de entrenamiento y alcanzar por sí mismos una inteligencia superior.
Resultados prometedores
Las pruebas iniciales arrojan resultados prometedores. Las demostraciones internas de los modelos Q*, que formarán parte de Strawberry, han resuelto problemas matemáticos y científicos avanzados que superan las capacidades de las IA disponibles en el mercado. Una fuente informó de que un modelo obtuvo más del 90% de los puntos en una exigente competición matemática de IA. Aunque estos resultados son impresionantes, también dejan claro que el proyecto aún está en pañales y que quedan importantes obstáculos por superar.
El desarrollo del Proyecto Strawberry tiene lugar en un contexto de intensa competencia y rápida innovación en la industria de la IA. Empresas como Google, Meta y Microsoft se esfuerzan por mejorar sus modelos de IA. Sin embargo, el campo sigue dividido en cuanto a la capacidad de los grandes modelos lingüísticos (LLM) para integrar el pensamiento humano y la planificación a largo plazo.
En particular, Yann LeCun, pionero de la IA moderna en Meta, ha sostenido con frecuencia que los LLM no son capaces de imitar el pensamiento humano. Este escepticismo es compartido por otros expertos y subraya el debate en curso sobre la viabilidad y las implicaciones de hacer realidad la AGI.
Desafíos y escepticismo
El viaje de OpenAI con Strawberry no ha estado exento de dificultades. Las recientes salidas de altos cargos de la empresa, incluido el cofundador John Schulman, han suscitado dudas sobre la dirección del proyecto y la estabilidad general de OpenAI. Además, el sector de la IA en general está sometido a escrutinio en relación con la sostenibilidad de su rápido crecimiento, y algunos investigadores sugieren que los modelos se están quedando sin datos de entrenamiento.
La presión financiera también es alta. A pesar del éxito inicial de ChatGPT, se dice que OpenAI gasta miles de millones de dólares y lucha por mantener el impulso. En este contexto, el proyecto Strawberry es a la vez un rayo de esperanza y un gran reto.
Publicidad y realidad
En una reciente y críptica publicación en las redes sociales, Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, insinuó la existencia del proyecto Strawberry con una inocente foto de fresas en el jardín, lo que provocó el entusiasmo y la especulación de los entusiastas de la IA. Aunque la publicación de Altman puede insinuar la llegada de noticias oficiales sobre Strawberry, también podría considerarse un movimiento estratégico para generar expectación en un momento turbulento para la empresa.
Una conexión reflexiva
¿Quizá el nombre «Fresa» tenga algo que ver con la famosa advertencia de Elon Musk? Musk puso una vez el ejemplo de una IA que debía recoger fresas. Sugirió que esto puede parecer inofensivo a primera vista, pero que una IA que quiera maximizar su eficiencia podría reconfigurarse de formas que podrían llevar a resultados desastrosos, por ejemplo, convirtiendo toda la superficie de la tierra en campos de fresas para optimizar su tarea. Este cuento con moraleja sobre las consecuencias imprevistas de las capacidades avanzadas de la IA añade una capa intrigante al misterio del Proyecto Fresa.
El misterio del Proyecto Strawberry sigue cautivando a la comunidad de la IA y al público. Con su potencial para revolucionar las capacidades de razonamiento y autonomía de la IA, es un testimonio de la ambición y la innovación que impulsan la industria. Sin embargo, como ocurre con todas las iniciativas innovadoras, también existen riesgos e incertidumbres importantes. Mientras OpenAI aborda estos retos, el mundo espera con impaciencia para ver si el Proyecto Strawberry es realmente el avance que nos conducirá a una nueva era de la IA.
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